es

Yaa Gyasi

  • Verónica Díazhas quotedlast year
    Cuando era pequeño, su padre le había dicho que a los negros no les gustaba el agua porque los habían llevado hasta allí en barcos de esclavos. ¿Para qué querría ir a nadar un negro? El fondo del océano ya estaba plagado de hombres de color
  • Cristinahas quoted2 years ago
    «La familia es como un bosque: desde fuera parece impenetrable, pero desde dentro ves que cada árbol tiene su posición»

    PROVERBIO AKÁN
  • Cristinahas quoted2 years ago
    «Quiérela», le había ordenado Cobbe, como si el amor fuese un acto igual de sencillo que coger comida de un plato de hierro y llevársela a la boca.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    «Quiérela», le había ordenado Cobbe, como si el amor fuese un acto igual de sencillo que coger comida de un plato de hierro y llevársela a la boca.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    —No eres su primera hija. Antes de tenerte a ti, tu madre tuvo otra. Y en mi aldea hay un dicho sobre las hermanas separadas: son como una mujer y su reflejo, condenadas a vivir en lados opuestos de un mismo estanque.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    Le venía a la memoria que la sonrisa de un hombre blanco significaba que la siguiente ola traería males mayores.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    Estoy orgullosa de ser asante y segura de que tú también lo estás de ser fante. Pero después de perder a mis hermanos, decidí que en lo que a mí, Akosua, respecta, yo sería mi propia nación.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    Cuestiones importantes, como que si Dios era tan grande y todopoderoso, ¿por qué necesitaba al hombre blanco para llegar hasta ellos? ¿Por qué no podía hablar con ellos directamente, manifestar su presencia como hacía en la época de la que se hablaba en el Libro, con arbustos ardientes y muertos que caminaban? ¿Por qué, de entre toda la gente, había acudido su madre a esos misioneros, a esos hombres blancos?
  • Cristinahas quoted2 years ago
    aliviaba su pena.

    Durante los primeros días no había quien la consolase. No quería mirar a Carson ni tenerlo en brazos. Robert la acunaba por las noches y besaba su eterno mar de lágrimas mientras el bebé dormía. «Te quiero, Willie», susurraba, y a veces ese amor también dolía y la hacía llorar aún más, porque le costaba creer que aún quedasen cosas buenas en el mundo cuando sus padres ya no estaban en él.
  • Cristinahas quoted2 years ago
    aliviaba su pena.

    Durante los primeros días no había quien la consolase. No quería mirar a Carson ni tenerlo en brazos. Robert la acunaba por las noches y besaba su eterno mar de lágrimas mientras el bebé dormía. «Te quiero, Willie», susurraba, y a veces ese amor también dolía y la hacía llorar aún más, porque le costaba creer que aún quedasen cosas buenas en el mundo cuando sus padres ya no estaban en él.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)