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Rafael Fernández de Maruri

  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La experiencia nos enseña que en los sueños aparecen de hecho símbolos de naturaleza unificadora, entre los cuales los más frecuentes son el del motivo del héroe niño y el de la cuadratura del círculo, es decir, la unión de los opuestos.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La antítesis entre el hombre y Dios propia de la doctrina cristiana podría ser una herencia yahvista oriunda de esos primeros tiempos en los que el problema metafísico consistía exclusivamente en la relación de Yahvé con su pueblo. El temor a Yahvé era todavía demasiado grande —no obstante la gnosis de Job— como para que alguien se atreviese a localizar la antinomia en la divinidad misma. Pero si no se objeta nada a esa antítesis entre el hombre y Dios, se llega —nolens volens— a la conclusión cristiana: Omne bonum a Deo, omne malum ab homine, con lo que la creatura es puesta de manera absurda en contradicción con el Creador, imputándose al mismo tiempo al hombre una grandeza directamente cósmica o demoníaca en el mal. La ciega voluntad de destrucción que se abre paso en el éxtasis de Juan procura una idea de lo que significa poner al hombre en contradicción con el Dios del bien. De optarse por esta solución, se hace gravar sobre el hombre la idea oscura de Dios, que en Job todavía ocupaba su verdadero lugar. Pero, en ambos casos, el hombre es identificado con el mal: en la primera ocasión, con la consecuencia de que el hombre se rebela contra el bien; en la segunda, con la de que se esfuerza por ser tan perfecto como su Padre del cielo.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La decisión de Yahvé de hacerse hombre es un símbolo de la evolución que debe dar comienzo cuando el hombre toma conciencia de la imagen de Dios a la que está enfrentándose2. Dios opera desde lo inconsciente del hombre, obligándole a armonizar y coaligar las continuas influencias contrarias a las que lo inconsciente expone a su consciencia. Lo inconsciente quiere de hecho las dos cosas: unir y separar. Por ello, es lícito que el hombre cuente siempre, en sus ensayos conciliadores, con la ayuda de un Defensor metafísico, como acertó ya a reconocer claramente Job. Lo inconsciente quiere fluir en la consciencia para llegar así a la luz, pero, al mismo tiempo, siembra de obstáculos ese mismo propósito, pues lo que propiamente le gustaría es seguir permaneciendo inconsciente. Lo diré de otro modo: Dios quiere hacerse hombre, pero no del todo.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Como es natural, nuestra relativa oscuridad no nos sirve de nada. Sin duda, atenúa las acometidas de los poderes malvados, pero por otro lado nos hace más propensos a ellos y relativamente incapaces de resistirlos. Por eso, necesitamos más luz, bondad y fuerza moral, y tenemos que purificarnos a poco que podamos y hasta donde nos sea posible de esa oscuridad antihigiénica, porque, de lo contrario, no podremos asimilar ni soportar a ese Dios tenebroso, que quiere también hacerse hombre, sin irnos definitivamente a pique. Para ello son necesarias todas las virtudes cristianas, y no sólo ellas —pues el problema no es sólo moral—, sino también la sabiduría, esa sabiduría que ya buscara Job.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Cristo dijo una vez: «Si no os hacéis como niños...», es decir, como el niño en el que los opuestos están todavía próximos entre sí; o, dicho de otro modo, como el niño que nace de la madurez del hombre adulto, y no como el niño inconsciente que a todos nos gustaría seguir siendo.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    No hay duda de que el hecho de tomar consciencia de lo oculto, de lo mantenido en secreto, nos sume en un conflicto insoluble, o así, al menos, lo cree la consciencia. Pero los símbolos que brotan de lo inconsciente y se manifiestan en sueños apuntan a la confrontación de los opuestos, y las imágenes de la meta representan su feliz unión. Nuestra naturaleza inconsciente nos brinda aquí una ayuda empíricamente comprobable. La misión de la consciencia estriba en comprender estas insinuaciones. Pero aunque esto no suceda, el proceso de individuación prosigue su curso; la única diferencia es que somos víctimas de él, viéndonos arrastrados por el destino a esa meta ineludible a la que hubiéramos podido llegar por nuestro propio pie con sólo que hubiéramos sido pacientes y nos hubiéramos esforzado a tiempo por comprender los númenes que jalonan el curso del destino. Lo único que importa ya es si el hombre será capaz de ascender a un nivel moral superior, es decir, a un nivel superior de consciencia, mostrándose así a la altura del poder sobrehumano que pusieron en sus manos los ángeles caídos. Pero el hombre no podrá seguir avanzando si no llega a conocer mejor su propia naturaleza.
  • Eduardo Espinoza Bautistahas quoted2 years ago
    para que algo sea «verdadero» ha de manifestarse o haberse manifestado como un hecho físico. Así, por ejemplo, los unos creen, como físicamente verdadero, y los otros impugnan, como físicamente imposible, que Cristo nació de una virgen.
  • Eduardo Espinoza Bautistahas quoted2 years ago
    Hay también verdades anímicas, las cuales no pueden explicarse, pero tampoco demostrarse o negarse físicamente.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Desde el Apocalipsis hemos vuelto a saber que a Dios no sólo es preciso amarle, sino también temerle. Dios nos llena de bien y mal. De lo contrario, en efecto, nada habría que temer de él, y puesto que Dios quiere hacerse hombre, la unión de su antinomia tiene que verificarse en el ser humano. Para el hombre tal cosa representa una nueva responsabilidad. El hombre ya no puede seguir escudándose detrás de su insignificancia y nulidad, porque el Dios tenebroso ha puesto en sus manos la bomba atómica y las armas químicas, confiriéndole así poder para derramar las apocalípticas copas de la ira sobre sus semejantes. Puesto que ese poder se ha convertido en cierto modo en un poder divino, el hombre ya no puede seguir permaneciendo ciego e inconsciente. El hombre tiene que conocer la naturaleza de Dios y lo que sucede en el reino metafísico para comprenderse a sí mismo y llegar de este modo a conocer a Dios.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    . Pero el caso es que me han preguntado ya tantas veces si creo o no en la existencia de Dios, que hasta cierto punto me preocupa que pueda considerárseme, mucho más a menudo de lo que yo mismo me figuro, como un «psicologista». Lo que la gente pasa casi siempre por alto o no acaba de entender es que, desde mi punto de vista, la psique es real. La gente, en efecto, cree únicamente en los hechos físicos, por lo que no le queda otro remedio que concluir que el verdadero constructor de la bomba atómica habría sido el uranio o, en su defecto, los instrumentos del laboratorio. Pero esto es tan absurdo como suponer que el responsable de su construcción sería una psique carente de realidad. Dios es un hecho evidentemente psíquico y no físico. Lo diré de otro modo: Dios es un hecho del que contamos con evidencias psíquicas, pero no con evidencias físicas. Por ello, a esta gente sigue igualmente sin entrarle todavía en la cabeza que la psicología de la religión se divide en dos campos que hay que mantener rigurosamente separados: la psicología del hombre religioso, por un lado, y la psicología de la religión o de los contenidos religiosos, por otro.
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