Weizsaecker, el insigne médico alemán en cuyo honor bautizamos nuestro Centro, señalaba que frente a la enfermedad no se puede decir, como si fuera solamente un enemigo, “fuera con ella”; es necesario, en cambio, decirle “sí, pero no así”, no de esa manera. Porque muchas veces sucede que el modo en que la enfermedad intenta resolver el conflicto no es el mejor, aunque puede ser lo mejor que el paciente ha encontrado.