O como apunta Serrano Cueto (2009), «en el caso de George A. Romero, el zombi se utiliza como instrumento para articular una crítica social, un análisis de los conflictos humanos, que, no con mucho esfuerzo, puede asociarse con momentos históricos determinados (la guerra del Vietnam en La noche de los muertos vivientes), situaciones comúnmente aceptadas, y no por ello menos enfermas, como pueden ser el consumismo exacerbado (Zombi) y la información sensacionalista (El diario de los muertos), el abuso del poder militar (El día de los muertos) o la lucha de clases (La tierra de los muertos vivientes)».