Luis E. Íñigo Fernández

  • b1189908193has quoted2 years ago
    José Luis Ibáñez Salas

    Director de la colección Breve Historia
  • Jimenahas quoted2 months ago
    posee un cerebro cuyo volumen medio es de mil trescientos cincuenta centímetros
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Así, mientras el dinero en circulación crecía sin cesar, las mercancías que salían al mercado apenas lo hacían, con el inevitable resultado de que los precios de los productos se disparaban. Ese fenómeno fue lo que el primer historiador en estudiarlo, el norteamericano Earl J. Hamilton, que publicó su obra en 1934, denominó «revolución de los precios»
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La inflación alcanzó, de esta forma, a toda Europa, aunque con un impacto menor cuanto mayor era la distancia geográfica de España y más débil su relación económica con ella
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Los humildes, la inmensa mayoría de la población, veían cómo sus pobres monedas valían menos cuanto más dinero había y más aprisa circulaba. Además, el crecimiento demográfico, muy fuerte en esta centuria, presionaba los salarios a la baja en un momento en que la abundancia de moneda impulsaba los precios al alza. Al final del siglo, la situación de las masas populares llegará a ser dramática. Incluso la nobleza, que vivía entonces de las rentas fijas pagadas por los campesinos, padecía la inflación mientras, forzada por los reyes a residir en la corte o cerca de ella, lejos de sus viejos castillos, debía soportar gastos mayores. Por el contrario, comerciantes, armadores, banqueros y artesanos se enriquecieron.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La alquimia, la auténtica al menos, no era asunto de magos o hechiceros, y menos aún de oportunistas o de falsarios, sino de verdaderos filósofos
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La alquimia vivió su edad dorada en la Europa de los siglos XV al XVII, mucho menos en la Edad Media que en la Moderna, pero alquimistas hubo ya en Mesopotamia y en Egipto, en la India y en China, entre los griegos y los romanos, y no faltaron tampoco después del siglo XVIII, cuando la eclosión de las ciencias experimentales condenó a la marginación a la alquimia, expulsándola de las universidades y motejándola de conocimiento esotérico propio de falsarios o iluminados.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Porque si, como vimos, el mundo cambia a comienzos del siglo XVI, no lo hacen menos sus pobladores, al menos los pocos privilegiados que tienen acceso a las nuevas formas y las nuevas ideas de la cultura, el pensamiento y el arte. La mentalidad de estos individuos, muy distinta de la medieval, es ahora optimista, abierta, dinámica, incluso hedonista, henchida su alma por el deseo de apurar hasta las heces la copa de la vida, ansiosa por disfrutarla con los cinco sentidos, en un verdadero estallido de deleite del todo desconocido, y aun pecaminoso, para la humanidad del Medievo
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Ya en 1431, la celebración en Florencia, al norte de Italia, del decimoséptimo Concilio Ecuménico de la Iglesia católica, que sueña con la reunificación de las ramas latina y griega de la Cristiandad, trae a la capital del Arno la herencia de la cultura clásica, nunca perdida por completo en tierras de Bizancio. No mucho más tarde, en 1439, abre sus puertas la Academia Platónica Florentina, que con el tiempo congregará a los más célebres humanistas italianos, y las ideas del célebre filósofo ateniense empiezan por fin a competir con las de su alumno Aristóteles, verdadero señor intelectual de la Edad Media, por la hegemonía en el marco de la cultura occidental. Por fin, en 1453, la caída en poder de los turcos de Constantinopla, capital del agonizante Imperio bizantino, envía hacia Italia una nutrida avalancha de intelectuales helenos que traen consigo no sólo su nunca olvidado conocimiento de la Antigüedad clásica, sino también muchos originales de obras griegas inéditas en Occidente
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    La espiritualidad cambiante de finales del Medievo exigía una nueva religión, menos formalista, más atenta al individuo y a sus inquietudes. La Iglesia española, que así lo entendió de la mano del enérgico cardenal Cisneros, quedó libre del virus reformador. Luego, la religión se mezcló con las ambiciones políticas y los intereses económicos y, en muchas ocasiones, se erigió más en un pretexto que en una causa. Pero ¿acaso puede sorprendernos que así fuera?
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