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Luis E. Íñigo Fernández

  • b1189908193has quoted2 years ago
    José Luis Ibáñez Salas

    Director de la colección Breve Historia
  • Jimenahas quoted2 months ago
    posee un cerebro cuyo volumen medio es de mil trescientos cincuenta centímetros
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    En otras palabras, el sistema podía seguir creciendo hacia afuera alimentándose de botines, mercados, tierras y esclavos. Pero cuando, en los primeros años del siglo II, las conquistas se interrumpieron, la economía empezó a debilitarse
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Y por fin, en el 476 de nuestra era, mil doscientos veintinueve años después de su fundación, Roma deja el escenario de la historia. No era una ciudad, sino todo un mundo, el que moría. Pero su herencia no iba a desaparecer con ella
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Los reinos nacidos de la desmembración del Imperio romano de Occidente no fueron, con todo ello, reinos bárbaros, sino estados germanos romanizados. La unidad política de Roma había muerto, pero su herencia cultural, política y religiosa permanecía viva en aquellas gentes que no desearon jamás destruirla, sino beneficiarse de ella
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Por todo ello, poco a poco, el sencillo mensaje de Cristo se fue extendiendo hasta los más lejanos confines del mundo romano. Al principio por los polvorientos caminos de Palestina; más tarde hacia Siria, Asia Menor, e incluso Egipto; en Occidente por último; antes en la costa, en los bulliciosos puertos, más abiertos siempre a las nuevas ideas, después en el interior, en los lugares más apartados de las grandes rutas comerciales del Imperio; primero en las ciudades, complejas y dinámicas, luego en el campo, tradicional y cerrado –no es casual que paganus, ‘habitante del campo’, termine por significar lo opuesto a cristianus–; al comienzo entre los humildes, a quienes más urgía la esperanza y el consuelo, más tarde también entre los más acomodados, los artesanos, los comerciantes, los funcionarios; primero a pesar de la marginación, la amenaza y la persecución, luego gracias a la tolerancia de Constantino; por último, impulsado por el privilegio de Teodosio, que lo convierte, en el 398, en la religión oficial del Imperio.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Prostituido en aras de los espurios intereses de los poderosos, el mensaje de Cristo, que había expulsado a los ladrones del templo de Jerusalén, se rendía ahora ante sus herederos. Oculto tras la pompa y el oropel de la liturgia, su potencial para convertir los corazones por medio de la caridad se deshacía. La verdad del pobre carpintero de Nazaret, que debía hacer libres a los hombres, los animaba ahora a aceptar la esclavitud; su palabra, que había de despertar los espíritus, los adormecía. Los servidores de Dios servían ahora al César
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Los bárbaros habían llegado para quedarse, pero no para imponerse. Su escaso número y lo poco atractivo que resultaba su modo de vida para las poblaciones romanas, mucho más adelantadas en todos los órdenes, les impedían implantar sus costumbres y sus leyes, su religión y su cultura. Por ello, en los nuevos reinos nacidos de la muerte del Imperio sus señores germanos se conformaron con ocupar, ora de grado ora por fuerza, las mejores tierras y vivir sin mezclarse con sus forzados anfitriones. Durante décadas, este modus vivendi, que parece convenir a ambas partes, se mantiene. Siguen vigentes así entre los germanos principios tan importantes como la prioridad de los vínculos de sangre, la fidelidad personal al jefe y las creencias paganas o cristianas arrianas, mientras los viejos administradores romanos desempeñan idéntica función para sus nuevos amos, incapaces por sí solos de vertebrar estados sólidos
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Y, en fin, mientras en Bizancio permanece en todo su esplendor la rica y compleja sociedad imperial, con su orgullosa aristocracia de terratenientes y clérigos, de burócratas y generales, y sus nutridas clases medias de campesinos libres, artesanos y comerciantes, en Occidente, incluso cuando cae al fin el muro que separa al principio a bárbaros y romanos, no hay sino terratenientes y colonos, los que poseen la tierra y los que la trabajan.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    En apariencia, así era. Carlomagno logró en muy poco tiempo reunificar el Occidente cristiano, o, al menos, la mayor parte de él, la que formaban la Galia, el norte de Italia y toda la Europa central hasta las tierras de Sajonia, Baviera y Bohemia. Sólo la España musulmana y la Gran Bretaña anglosajona se escapaban a su control
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