Las pedagogas invisibles se preguntan por las ausencias, no solo se preguntan y hacen explícito su currículum oculto, sino que se cuestionan qué importancia tiene lo que no se está enseñando, cuál podría ser nuestro currículum posible, abrazando las infinitas posibilidades de dar nuestra clase que no estamos utilizando. Rebasando definitivamente los estrechos límites del currículum oculto, las pedagogías invisibles aceptan que lo que no ocurre es a veces más importante que lo que ocurre y prestan atención e investigan sobre aquellos lugares que ni siquiera han sido concebidos como pedagógicos.