Qué agudeza para criticar al sistema por medio de los problemas que padecen las personas pobres o de clase media. Lo que más me gustó fue que se abordara mucho la perspectiva de personas que incomodan a la sociedad: ancianas, ansiosas, niñas, enfermas, locas… buenísimo.
Leer a Samanta Schweblin es uno de esos raros gustos que no decepcionan a quien la lee.
“Siete casas vacías” es una compilación de varios relatos donde lo cotidiano se entrecruza con la brutalidad de los acontecimientos presentados y que nos llevan a ver la realidad en toda su crudeza.
Situaciones de la vida diaria que son llevadas a extremos donde el dolor, la soledad, la violencia, la tristeza, la locura o la pérdida de la memoria se conjugan en pequeñas historias donde sus personajes intentan adaptarse a ellas aunque eso signifique afrontar lo que tratan de evadir desesperadamente.
Lectura que pone a reflexionar y a no quedar indiferente.