El caballo hace referencia a la mente humana y es una metáfora acertada. Como los caballos, la mente es una criatura sensible y curiosa. Es juguetona, briosa y temperamental. Tiene la capacidad de asentarse y de ser paciente, incluso, pero en cualquier momento se puede encabritar y salir corriendo.
Una de las formas que la mente tiene de trasladarse al más allá es por medio del pensamiento. Sin cortapisas, los pensamientos se concatenan unos con otros y forman cadenas de ideas y asociaciones aleatorias, y los efectos en el estado de ánimo, en las emociones y en los actos pueden ser profundos