Creo que es por la ausencia de sombras y por la luminosidad desnuda y pura, hasta en un día tan lluvioso como aquel. La luz penetra en haces a través de los paneles de cristal, tan abiertos como el cielo, y se refleja en el estanque, con lo que el espacio actual del templo parece tan vasto y cambiante como tuvo que ser su entorno original a orillas del Nilo, miles de años atrás.
Annie soltó una exclamación nada más entrar.