. El público los ha ido orientando hacia esta planificación nueva de la perspectiva del arte. El público ya no lee. Ya no quiere leer. Busca la emoción más próxima a sus sentidos, un poco fatigados, y se aletarga sobre su intuitivo avisoramiento a contemplar el paisaje artístico, adivinando las intenciones y las cerebraciones argumentales de la novela, del poema, del artículo, etc.