Nuri Abramowicz

La gente que sufre un accidente, cuando lo cuenta, coincide en lo bestial que es el shock de pasar del estado de bienestar al otro

identificar aunque sea un solo deseo propio y no parar hasta concretarlo

encontrar el error en la otra para sentirse más segura, para evitar ser juzgada, era una marca de nacimiento, un código en el ADN

Ése fue el día en el que descubrí que una visita a la peluquería puede cambiarte la vida

Nunca se me ocurrió prever lo subjetiva que es la línea entre lo urgente, lo importante y lo indispensable

Hay miles de astrólogos. Cada vez son más, y desde que empezaron a mezclar la astrología con la psicología no hay quien los pare en este país. Todos están seguros de conocer un secretito que les está negado a los demás mortales.

No soporto los discursos motivadores ni a la gente que quiere empaquetarte hablándote de empoderamiento, no se llega a un lugar de poder sin conocer íntimamente lo que se siente ser cucaracha.

Acá tenés la sección Tu pareja es un fracaso y ponés el ejemplo de Leo—Capricornio. No voy a pararme enfrente de la cámara para decir que “ella encuentra en él la estructura y la solidez para concretar sus deseos de grandeza”, porque antes de hacer eso prefiero hacerme empomar por una docena de presos. ¿Me explico?
—¿Querés que hable sobre lo complejo del encuentro?
—Decime eso otra vez y me voy.
Tomó un trago y se quedó un instante mirando hacia la ventana.

No armes historias de auto superación, porque nadie supera nada. En el mejor de los casos se incluye el fracaso como una variable más.

Siempre podía darme con un caño por hacer algo de más: comer de más, hablar de más, echarme un polvo de más. Todos eran motivos para sentirme una basura y ya estaba agotada de seguir en ese rol sufriente