se rasgue, que su piel se parta como las telas desgastadas y brote de entre la grieta resultante la mole amarillenta de su cráneo. Me acerco a él y le digo quién soy y a lo que vengo, y él se queda pasmado, como si no comprendiera. Le entrego mi carta, esa que habla de mi proyecto, de la universidad, de la importancia de recabar información de campo