lo más inquietante es que hombres que supieron ver con ojos tan clarividentes su época, como si el globo fuera la esfera de cristal de los magos, no hayan podido ver hacia dónde conducía ese desenfrenado proceso de modificación de la naturaleza, ese “sometimiento de las fuerzas naturales”, esa “aplicación de la química a la industria y la agricultura”, ese “sometimiento del campo al dominio de la ciudad”, ese derrumbamiento de las “ideas y creencias antiguas y venerables”, esa “di solución de las culturas locales”, esa “creación de urbes enormes”, esa “profanación de todo lo santo”, ese enfriamiento “de la mirada del hombre sobre su vida y sobre sus relaciones con los demás”, y esa subordinación al mercado del “médico, el jurista, el poeta, el sacerdote y el hombre de ciencia”.