ya no está allí, porque los ángeles vienen al cementerio y abren el ataúd y él está lejos de la humedad del Shannon que mata, está en lo alto, en el cielo, con Oliver y Margaret, donde tienen mucho pescado frito con patatas fritas y toffee y no hay tías que lo molesten a uno, donde todos los padres traen a casa el dinero de la oficina de empleo y no hay que recorrer las tabernas para encontrarlos.