El ego va a morir, porque ya está muerto; no tiene vida propia, es sólo un reflejo de tu vida, es como un espejo. En cambio, tu ser es eterno, y por eso incluso los eruditos temen a la muerte, porque el adquirir conocimientos no te hará conocer tu ser. Para conocer tu ser tienes que desaprender, no que aprender, tienes que vaciar la mente por completo, vaciarla incluso de tu sentimiento de ti mismo. Y una vez vacía, de repente, en ese vacío, sientes tu ser por primera vez. Ese ser es eterno; ninguna muerte puede llegarle. Sólo ese ser puede abrazar la muerte, y saber, por tanto, que eres inmortal. El ego tiene miedo.