Estudió en un colegio judío, donde agotó la paciencia de los rabinos con preguntas para las que nadie tenía respuestas: ¿cuál era el verdadero significado del versículo del Libro de Job, que dice que Yahvé «extiende el norte sobre el vacío y cuelga la Tierra sobre la nada»? En los márgenes de sus cuadernos, al lado de los problemas aritméticos que tanto frustraban a sus compañeros, Karl calculó el equilibrio de cuerpos líquidos en rotación, obsesionado por la estabilidad de los anillos de Saturno, que él veía desintegrarse una y otra vez, en una pesadilla recurrente.