Lo sé, lo he entendido, no debería haberlo hecho. En el mundo de antes, no me habría atrevido, pero en el mundo de hoy, por la verdad de Dios, me he permitido lo impensable. Ninguna voz se ha alzado dentro de mi cabeza para prohibírmelo: las voces de mis ancestros, las de mis padres se callaron cuando pensé en hacer lo que he terminado haciendo