la Recherche no es simplemente un ejercicio de rememoración, una exploración de la memoria: la palabra «búsqueda» o «busca» debe ser tomada en su sentido preciso, como en la expresión «en busca de la verdad». Por el otro, el tiempo perdido no es simplemente el tiempo pasado: es también el tiempo que se pierde, como en la expresión «perder el tiempo». Es evidente que la memoria interviene como un instrumento de búsqueda, pero no es el instrumento más profundo; al igual que el tiempo pasado interviene como una estructura del tiempo, pero tampoco es la estructura más profunda. En Proust, los campanarios de Martinville y la pequeña frase de Vinteuil, en los que no interviene ningún recuerdo, ninguna resurrección del pasado, siempre pesan más que la magdalena y los adoquines de Venecia, que dependen de la memoria y, por tanto, todavía remiten a una «explicación material».1