—Mariel, quería tener una oportunidad de hablar contigo a solas. Creo que casi nunca hemos hablado tú y yo, ¿verdad? —me quedo callada ante la pregunta de la esposa de papá—. Es un poco absurdo, siendo que vivíamos en la misma casa. Solo te hablaba para darte órdenes. Debí parecerte una bruja, ¿no? —ella me mira, yo sigo sin decir nada—. Lo lamento —dice ella y me sorprende. No dejo de preguntarme qué quiere con esta nueva actitud—. La verdad es que me habría gustado tener una relación diferente contigo y que me tuvieras confianza. Tal vez si me vieras como a una amiga me habrías contado de tu amistad con este tal Zayn —estoy sorprendida. No sé por qué ella sabe el nickname de Víctor.