En primer lugar, «ético» es un término, tal como Booth lo utiliza, amplio e inclusivo. Se aplica a todo aquello que atañe al planteamiento y a la respuesta de la pregunta: «¿Cómo se debería vivir?». El disfrute, el entretenimiento, incluso la contemplación de la forma, son aspectos de lo ético tal como Booth lo entiende (en la medida en que se ven como parte de la vida humana y se evalúan en consecuencia). La pregunta que formula sobre una obra literaria no se limita a «¿qué me enseña sobre mi deber moral?». Se pregunta, más bien, «¿qué relación existe entre mi compromiso con ella y mi objetivo de vivir bien?». Y de vivir, deberíamos añadir, como miembros de la sociedad, pues Booth insiste en que los seres humanos son seres políticos y sociales.