La dieta de la navegación de altura hacia aquella época, carente de fruta y verdura frescas, los privaba de vitamina C, como consecuencia de lo cual se deterioraba el tejido conjuntivo del cuerpo. Los vasos sanguíneos rezumaban fluido, y los hombres parecían magullados, incluso sin haberse herido. Cuando se hacían una herida, esta no les cicatrizaba. Se les hinchaban las piernas. Padecían el dolor de las hemorragias espontáneas en músculos y articulaciones. También les sangraban las encías, al aflojárseles los dientes. Respiraban con dificultad, se debatían contra una debilidad progresiva y, cuando se rompían las venas que rodean el cerebro, morían