El viaje sensorial que propugna el hecho creador enriquece la vivencia de la cotidianidad, ampliando la percepción y dotando de intensidad a la mirada.
En cuanto aproximes tu mirada a resquicios del mundo, descubrirás continentes desconocidos.
La vida de los sentidos es el principal patrimonio que tenemos y sobre esa base de las emociones se construye la aventura artística.