Cristina Gómez-Baggethun

Minda —dije al final—. Entonces, ¿yo también tengo sangre de pirata en las venas?
—La sangre de los piratas corre por las venas de toda la familia, excepto por las mías, porque yo soy una princesa india adoptada —

Los piratas nunca consiguieron volver a casa. Se casaron con mujeres de por aquí y se asentaron. Y entonces llamaron Terruño Mathilde a la bahía, por el mascarón de proa que se estrelló contra las rocas

Quizá por eso hago tantas cosas malas. Estoy lleno de sangre de pirata —le dije a Lena

El abuelo suele a levantarse antes de que los pájaros caguen en tierra, como dice él

Bah! Te queda tan poca que se te sale toda en cuanto sangras un poco por la nariz —respondió enfurruñada

Eso es lo mejor del abuelo, que sé que me quiere tanto como yo lo quiero a él. Con Lena, en cambio, eso nunca está tan claro

Sentarse en el sofá de la tía abuela a comer gofres mientras llueve fuera es lo mejor del mundo. Intenté pensar en algo mejor, pero no se me ocurrió nada.

Los padres del abuelo y de la tía abuela habían hecho muchas cosas ilegales durante la guerra porque, cuando hay guerra, es todo al revés. Lo ilegal es, en el fondo, lo más legal

Las ovejas se pasan todo el verano pastando por las montañas y haciendo lo que les da la gana. Pero antes de que empiece el invierno, tenemos que ir a recogerlas y traerlas de vuelta al establo

Puñetas, ya se les han acabado las vacaciones a las ovejas también —suele decir Lena. No le parece justo que las vacaciones de las ovejas sean más largas que las de las personas