toda psicosis se desarrolla en dos tiempos, condicionando el primero la aparición de una perversión latente como mecanismo de defensa para evitar la castración o negarla, y en un segundo tiempo la aparición de la psicosis propiamente dicha como tentativa de parte del yo para negar la perversión y calmar la ansiedad, ligada al conflicto neurótico desencadenado entre dichas tendencias y el yo que se opone a su realización”.