Los kilómetros que me separan del lugar donde nací y los que atravesé en el auto de un extraño, con mi perra en la falda, para sentarme en la mesa de mi padre, contarle: Traje mi propia yerba. Adela. Nani. René. La poesía no está en todos lados, pero como todo buen maestro, cuando siente el llamado de un alumno, aparece.