ininteligibilidad lo constituye el hecho de que apenas nada es recordado, entre otras razones porque apenas nada necesita serlo. Lo real parece aplicarse a ratificar esta sensación. Todo está ahí, disponible siempre, actualizable a golpe de tecla, dejando exentos a los individuos de la necesidad de evocación alguna y, menos aún, de la tarea crítica y personal de la memoria. Desaparece toda elaboración propia del pasado. Este se encuentra siempre tan al alcance de la mano como lo que está sucediendo en este preciso instante.