Natalia Gurovich

  • Adrianuxhas quoted2 years ago
    Cuando me dijeron que Tomatías estaba muerto me extrañó que esa mañana sí hubiera salido el sol
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted10 months ago
    todavía no nacemos y ya nos ensartaron eso que parece una simple palabrita pero no lo es. Es lo que somos.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted10 months ago
    Cada quien es único. Pero dentro de nosotros viven pequeñas flamas de muchos, muchos que se han ido. Por eso la muerte no es tan mala como se cree, es solo un paso más en el camino. No el último, aunque sí el que más asusta porque lleva a lo desconocido, pero ni tú ni yo le tenemos miedo a lo desconocido, ¿verdad? —Me sonrió.
  • Luisa Lecuonahas quoted10 months ago
    Tomatías ya no está y ahora voy a tener que buscarlo.
  • Luisa Lecuonahas quoted9 months ago
    Mi abuelo se vestía de rojo y era comunista. Todavía no sé cuál de las dos cosas fue primero
  • Angel H. Ortizhas quoted2 years ago
    los nombres deberían elegirse por ahí de los ocho, cuando uno ya sepa si tiene el talento suficiente para ser una Porfiria o un Fulgencio. Pero no, todavía no nacemos y ya nos ensartaron eso que parece una simple palabrita pero no lo es. Es lo que somos.
  • Angel H. Ortizhas quoted2 years ago
    Si un día el sol no aparece, es que llegó el fin del mundo.

    Cuando me dijeron que Tomatías estaba muerto me extrañó que esa mañana sí hubiera salido el sol.
  • Tamara Maplehas quotedlast year
    —¡Tus ojos están lloviendo, Lobito! —me dijo muy sorprendido, y es momento de confesar que mi nombre también es una tontería, por eso obligo a toda la gente a que me diga Lobo, que provoca miedo, respeto y una pizca de envidia. Es un gran nombre el que me puse, lástima que solo Tomatías me decía así. Ahora que se murió, ya ni nombre tengo.
  • Tamara Maplehas quotedlast year
    La tarde en que encontré a mi conejo muerto muertísimo, también aprendí que había un montón de lugares donde podía encontrarlo.
  • Tamara Maplehas quotedlast year
    Fíjate en las huellas que dejan las hojas al caer, abre bien los ojos al vuelo de los insectos, aspira hondo los olores de la mañana. Por ahí están las señales que Rabito te dejó para que lo encuentres. Yo no sé exactamente dónde está porque esos rastros no son para mí. Son tuyos. Así que pon atención y fíjate bien fijado que no todos son capaces de seguir las huellas de los que se fueron
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