La toma de decisiones nos diferencia. Hay personas que catalogamos de muy decididas: ven lo que quieren y van a por ello. Hay otras que dudan y dudan, que dan vueltas, que lo piensan. Mirar atrás y ver cómo se han tomado las decisiones dibuja a una persona, define su pasionalidad o racionalidad, su valentía o su zozobra. Ese personaje que soy yo, que somos cada uno de nosotros, también se proyecta hacia adelante y, viendo cómo ha sido el pasado, aprende a tomar las decisiones siguientes. Ardua tarea.