Clara Campoamor (Madrid el 12 de febrero de 1888) tuvo que abrirse paso desde muy pequeña en una sociedad especialmente dura para las mujeres: la muerte de su padre la obligó a empezar a trabajar cuando apenas tenía diez años. Puede que fuera esta desgracia, no obstante, la que la forzara a buscarse la vida y conseguir un empleo público como profesora de mecanografía con solo 26 años. Fue precisamente en esta época cuando Clara empezó a frecuentar los ambientes intelectuales madrileños y entró en contacto con activistas feministas como la sufragista Carmen de Burgos. También empezó a escribir para el diario conservador La Tribuna, donde conocería a su futura compañera en las Cortes Españolas, Eva Nelken.Todo ello despertó en ella el interés por la política y en particular por la situación de la mujer. Empezó a colaborar en diversas asociaciones feministas, dando conferencias y escribiendo para la prensa.
Aunque el activismo feminista estaba presente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, se trataba mayoritariamente de agrupaciones de carácter profesional y académico. La propia Campoamor, que se había licenciado en Derecho y había sido la segunda mujer en ingresar al Colegio de Abogados de Madrid después de Victoria Kent, participó en la fundación de dos de estas agrupaciones: la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas y el Instituto Internacional de Uniones Intelectuales.
La modificación de la ley electoral en 1931 permitió a las mujeres mayores de 23 años poder ser elegidas como diputadas en Cortes. Clara Campoamor, junto a Victoria Kent y Margarita Nelken fueron las tres únicas mujeres que consiguieron su escaño de diputadas. Defendió en el Congreso el derecho al voto femenino enfrentándose en ello a Victoria Kent.
Fue Presidenta de la Unión Republicana Femenina. Directora General de Beneficencia. Diputada a Cortes por Madrid. Con el estallido de la Guerra Civil se marcha al exilio, primero a Lausana (Suiza) y luego a Buenos Aires (Argentina). Murió en Lausana en 1972 a los 84 años.