—Porque ya tiene nombre —sigo buscando el otro calcetín en el montón de ropa.
—¿Cómo se llama?
—Osito Pooky.
Su rostro juguetón se torna serio de repente.
—¿Tu increíble espada de coleccionista, fabricada para mutilar y matar, diseñada específicamente para obligar a tus enemigos a rendirse de rodillas y además provocar el lamento de sus mujeres… se llama Osito Pooky?
—Sí. ¿Te gusta?