Richard von Krafft-Ebing llama masoquismo a la práctica de una curiosa perversión de la vida sexual que consiste en desear verse completamente dominado por una persona del sexo opuesto y soportar de esta un trato autoritario y humillante, que puede alcanzar incluso el castigo efectivo. Freud extiende la noción de masoquismo más allá de la perversión descrita por los sexólogos: por una parte, al reconocer elementos masoquistas en numerosos comportamientos sexuales y, por otra, al describir formas de padecimiento moral en que el sujeto, debido a un sentimiento de culpabilidad inconsciente, se castiga a sí mismo, sin que esto implique un placer sexual