Irina Bogdaschevski

propósito, sobre lo luminoso en la poesía de Pasternak. “Clarescritura” – así lo llamaría yo. El poeta de las luminosidades, (así como hay otros, de las tenebrosidades)

I. Pasternak y la vida cotidiana.
II. Pasternak y el día.
III. Pasternak y la lluvia.

Vida cotidiana. Una palabra pesada, casi como un buey. La soporto sólo cuando la sigue la de los nómades. La vida cotidiana es un roble, y debajo del roble (en círculo) bancos, y sentado en un banco un abuelo, quien ayer ha sido nieto, y un nieto, quien mañana será abuelo. El roble de la vida cotidiana y la vida cotidiana de roble. – Sólido, sofocante, inevitable.

cuando ya lo hemos olvidado, en el último instante, acude en nuestra ayuda, – el rayo en nuestras frentes de roble: Byron, Heine, Pasternak.3

Lo primero que nos sorprende en el encubrimiento de las prioridades de Pasternak, – es la vida cotidiana. Su profusión, sus detalles, – y su “carácter prosaico”.
No sólo las señas del día: ¡las horas!

Abro de par en par, – “En memoria del Demonio”:

Sí, aquí en lugar de cardos – abrojos

parece mejor “abrojos”? (¿Por su saña, su calidad prensil, su esencia feroz?)

Este poema “Un amanecer aún más sofocante” –

Mi hermana la Vida por todas las librerías de Occidente. – Pero, ¡ay! ¡no alcanzan – sólo mis brazos!) Pues, sigue:

té, que ya tuvo tiempo de transformarse en sudor y secarse. – ¡la Poesía de las Intenciones! – “calientes, depende de la clase”, – ¡la tercera clase del tren es la más calurosa!