Había algo inherente, en lo más profundo de la mente y la psique del criminal, que lo empujaba a hacer las cosas de una determinada manera. Más tarde, cuando empecé a estudiar las mentes y las motivaciones de los asesinos en serie, cuando empecé a analizar las escenas del crimen en busca de pistas de comportamiento, buscaba el elemento o conjunto de elementos que hacían que saliera a la luz el crimen y el criminal, «que representara lo que era».
Al final encontré el término «firma» para describir ese elemento único y obsesión personal, que se mantenía estático. Lo utilizaba para distinguirlo del tradicional modus operandi, que es fluido y puede cambiar. Se convirtió en el núcleo de lo que hacemos en la Unidad de Apoyo a la Investigación.