Aquí, una serie de imágenes de madres e hijas que intercambian sus puestos: mujeres que intercambian sus puestos para cuidarse unas a otras. Tú, la hija, te conviertes en la madre, la Ceres, y ella en la hija, raptada y arrastrada al infierno, y vagas por el mundo para encontrarla, para llorarla, dejando que los árboles y los granos se marchiten, sin paz, no están en paz.