Lo que llamamos «crisis de la adolescencia» es lo más bonito y saludable que puede pasar, corresponde a aquello por lo que Jesús dijo «si no sois como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos», es decir, si no “estáis en crisis” toda la vida, en este sentido positivo, con esta exigencia incesante de que el Misterio de la vida se haga presente, si no estáis repletos de preguntas, de apertura y de tensión en la vida, no entraréis en el Reino de los Cielos y, por tanto, no participaréis en la verdad de las cosas