Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry (Lyon, 1900–1944), más conocido como Antoine de Saint-Exupéry, fue un aviador francés y un escritor, mundialmente conocido por El Principito y por una corta obra en la que sus experiencias como piloto fueron su fuente de inspiración.
Nació en en una familia aristocrática, y, desde la pérdida de su padre cuando tan solo tenía 4 años, mantuvo un fuerte vínculo con su madre, quien le transmitió su sensibilidad y amor a la cultura. Al término de sus estudios secundarios intenta entrar en la Escuela Naval, pero no aprueba los exámenes de ingreso. En 1920 cumple el servicio militar en la Fuerza Aérea, gracias a lo que aprendió el oficio de piloto, y a partir de entonces la aviación se convierte en la gran pasión de su vida.
Durante estos años, además de interesarse por la mecánica y la aviación, frecuentaba medios literarios que le llevaron a publicar una narración breve, ‘El aviador’, en la prestigiosa revista literaria Le Navire d'Argent. Al poco tiempo pasó a formar parte de la plantilla de pilotos que transportaban el correo entre localidades francesas y españolas como Toulouse, Barcelona o Málaga hasta las antiguas colonias francesas (territorio actual de Senegal), para finalmente ser destinado a Cabo Juby (sur de Marruecos) como jefe de estación. Es allí donde comenzó su verdadera vocación literaria escribiendo la que sería su primera novela, Correo del sur (1928), a partir de cuya publicación fue desarrollando su producción literaria en base a sus experiencias en cada una de sus escalas como piloto.
tras su estancia en África se traslada a Sudamérica, en concreto a Buenos Aires, donde se ocupó de la red de correo postal de América Latina para la compañía argentina Aeroposta, y es allí donde da forma a su segunda novela, Vuelo nocturno (1931), una narración protagonizada por un piloto que se enfrenta a una terrible tormenta sobre Argentina por la que fue galardonado con el Premio Femina.
Esta gloriosa época terminó tras la bancarrota de la Aeropostale, iniciando así una etapa en la que dadas las dificultades del sector, consagró su vida a la escritura y su labor periodística en diversos medios que compagina con varios vuelos como piloto de pruebas (algunos accidentados, como el del desierto egipcio en 1935 o el de Guatemala en 1938). Toda su experiencia acumulada a lo largo de estos años y plasmada en esos artículos periodísticos terminaría convirtiéndose en la obra autobiográfica Tierra de hombres (1939).
A los pocos meses, desatada la Segunda Guerra Mundial, combate como piloto de reconocimiento y, tras la caída de Francia, se instala en Nueva York. En la gran ciudad norteamericana escribe Piloto de guerra (1942), fruto de sus experiencias durante la contienda, y El Principito (1943), fábula infantil que esconde una crítica del mundo adulto en el que se tratan temas profundos como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el amor y la pérdida que fue ilustrada por él mismo. La obra, de gran originalidad, lo hizo universalmente famoso y se ha convertido en uno de los fenómenos literarios más importantes de este siglo, con ventas que superan los 140 millones de ejemplares en todo el mundo.
Tras el éxito obtenido por El Principito, se reincorpora al servicio activo en el norte de África, donde escribe una obra de reflexiones filosóficas y políticas titulada Ciudadela, que sería publicada póstumamente (1948), pues el 31 de julio de 1944, Antoine de Saint-Exupéry despega de un campo de aviación de Córcega para cumplir una misión de la que no regresaría jamás, tras haber desaparecido su avión en el Mediterráneo.