menudo, uno se compara a sí mismo con base en los datos: los ingresos, la altura o la distancia recorrida cuando hacemos jogging pueden ser aspectos comparativos en nuestra vida cotidiana. La comparación y la evaluación también son extremadamente populares, independientemente de la propia persona: desde programas de televisión en los que a los talentos se les asignan lugares con base en los puntos de calificación, pasando por el ranking de las ciudades más atractivas, hasta el índice de corrupción del movimiento global Transparency International.