El dolor emocional y físico es real, así como las repercusiones sobre la vida del paciente en su totalidad: la depresión afecta la capacidad para estudiar y trabajar, desgasta las relaciones interpersonales, ocasiona un profundo sufrimiento que aísla al individuo y empeora la salud física. A nivel corporal, se generan cambios que hacen cada vez más difícil la mejoría espontánea. Y en algunos casos sobrevienen impulsos y conductas suicidas que pueden terminar en un escenario trágico.