Las políticas identitarias han sido (y siguen siendo) importantes a la hora de obtener avances legales para las denominadas “minorías sexuales” y, al mismo tiempo, las aportaciones teóricas queer (como, por ejemplo, el énfasis en que las identidades son construcciones sociales, históricas, y no esencias, y que no podemos olvidar que los diferentes ejes de poder interseccionan) pueden ser muy útiles para repensar algunas de sus dimensiones.