¡Los filósofos eran terribles! Su poder era el engaño. Cuando gobernaron las ciudades, sus palabras huecas crearon mucha confusión. Dividieron a la gente, lo arruinaron todo. Sabían cómo sembrar la duda en el espíritu de las personas. Hubo un tiempo en que los filósofos lograron que los científicos se pelearan entre sí. Hubo mucha muerte y sufrimiento. Hasta que los científicos se dieron cuenta del engaño al que estaban siendo sometidos y se rebelaron contra los filósofos. Fue entonces cuando el lenguaje se rompió sin remedio. Filósofos contra científicos, la poesía contra los números. Al final vieron que no era posible vivir juntos, y así los científicos se fueron a los bosques, con sus máquinas y todo. Los filósofos pensaron que ellos habían ganado quedándose en las ciudades. Pero no fue así.