La narrativa de cada cuento es fascinante, leída con los ojos de una madre lectora. En mi mente, cada uno de esas historias eran parte de las meditaciones, cómo si fuera budista, sobre la práctica de la maternidad, vista desde el actuar pero también desde la reflexión; desde la angustia por serlo, por perderlo o por tener un pedazo del alma fuera del cuerpo. Parte esencial del canon de lecturas maternas (de existir uno, o de ser pertinente su existencia)
Es un libro hermoso sobre la hijitud y la maternidad. Lo amé 🥺💜