Mientras que, según veremos, para esa misma tradición el Árbol de la Vida sería la palmera, por su forma y potencial hermafroditismo, para la cultura persa, por ejemplo, ese árbol sería el alborj o albaricoquero, en tanto que para los chinos el arquetipo del Árbol de la Vida sería el melocotonero, cuyos frutos tardan siglos en crecer y conceden, a quienes los prueban, una suerte de longevidad feliz.