dos ideas básicas: ni su fundación ni su desarrollo respondieron a un programa preestablecido por algunas mentes privilegiadas, y su característica principal, ser un partido de Estado, si bien estableció la subordinación al jefe del Ejecutivo, también diseñó una estructura descentralizada que permitió la aparición de liderazgos, el desarrollo de una militancia y grupos internos que convivieron bajo la autoridad del presidente en turno.