Para transformar nuestro miedo a la muerte y superarlo, debemos entrar en contacto con la muerte en vez de negarla. Debemos conectarnos con la muerte a través de la reflexión genuina. Debemos contemplar su imagen con una mente tranquila y clara, no solo con la imagen de la muerte que nuestros pensamientos han creado basándose en la superstición y el rumor. Debemos ver y sentir realmente ese estado de manera directa. La forma de encontrarnos con la muerte plenamente es morir cada día, en cada momento, en todo; en nuestros pensamientos, en nuestro dolor, en nuestras emociones, en nuestras relaciones amorosas, incluso en nuestro gozo. ¡No podemos afrontar la muerte si no morimos cada día!