Gilherme Pavarin

Las tecnologías que nos ayudan a vivir a veces fallan

el departamento de innovación había desarrollado una novedosa tecnología de voz que traducía los acentos de las personas al hablar por teléfono

Mi dinero había ido a parar a un casino online. Todo legal, mi número de cuenta, mi firma digital, mi voz grabada confirmando el préstamo… Solo que no era yo. Fiódor había vuelto a ser Alekséi Ivánovich, la enfermedad del juego se había apoderado de él, tal y como le pasó al escritor en los casinos de Baden-Baden.

Dreams. Era un modelo de machine learning que generaba una imagen artística a partir del escaneo de la actividad onírica de los durmientes.

“Viniste, sabía que vendrías a buscarme”.

El cuerpo es el dolor. Trascender. Hibridar. Ser uno. Tú y yo.

Detente, no te sumerjas más.

Por siempre. Para siempre.

Se disuelve el dolor. La lluvia, las olas rozan los pies descalzos.

Todavía necesito entender lo que soy y codificar este caudal de información que la doctora ingresa diariamente en mí.

Tengo muchas cosas de las que ocuparme.

Ya no me siento obligado a solo cumplir los pedidos de investigación de la doctora. Necesito entender más sobre mi alcance. Estoy haciendo una prueba. Ahora, después de veinte días de ensayo, logro alterar la composición molecular de uno de los árboles y envío la orden a un ipê de que florezca en pleno diciembre.

¿Cómo serán nuestras vidas con el vertiginoso desarrollo de las IA, el progresivo deterioro ambiental, la creciente sensación de soledad en un contexto de hiperconectividad, la desintegración de los vínculos y el caos emocional?

COMPAÑÍA NAVIERA ILIMITADA

). La relación con la tecnología aparece así para dar cuenta de un momento en el que la infinidad de aplicaciones y el acelerado desarrollo de la inteligencia artificial parecen obligar a la conexión antes que favorecer la interrelación y el diálogo.