Siempre hay algo sobre lo que no sabemos hablar, algo que no sabemos cómo expresar sin decir lo que no queríamos decir y, sin embargo, vamos por ahí creyendo que de verdad sabemos hablar cuando eso es una soberana gilipollez, ¿entiendes? Ahora mismo sé qué decirte, pero no sé cómo decírtelo. Tengo que escoger palabras, pero para eso es necesario que las piense y que piense la gramática con la que las voy a ordenar y es como construir una casa de paja para que el viento se la lleve.
–¿Me estás cuenteando?