tratamos de ejecutar por primera vez como el baile lo exige, una armoniosa rueda. Partid, cantando al dios de la sonora lira y a la casta deidad armada del arco. ¡Salve, Apolo de rápidas flechas, danos la victoria! Tributemos un justo homenaje a Hera, directora de todas las danzas, guarda de las llaves del dulce himeneo.