No hemos inventado nada. Querer a dos o más personas a la vez, tener dos o más relaciones emocionales simultáneas es algo que sucede desde hace siglos. No era tan raro que, por ejemplo, un hombre tuviese dos familias. Dos familias completas, dos mujeres, descendencia con ambas... O la figura tradicional de la amante, la «otra». Ahí está el clásico «Corazón loco» de Antonio Machín, «Cómo querer a dos mujeres a la vez y no estar loco».