Me gusta mucho fastidiarte. Todo esto empezó como una forma de vengarme de mi padre… torturar a la hija de Sarah. Pero, al final, lo de joderte se ha convertido en un juego para mí. Esta noche, cuando he visto que te echabas a llorar, me he dado cuenta de que me había pasado y que para ti no es ningún juego. Aunque te cueste creerlo, no quería hacerte daño, y fijo que tampoco me pienso quedar a un lado viendo como otros te lo hacen.